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HARRISBURG - Los votantes de Pensilvania ayudarán a determinar el equilibrio de poder en el Senado de EE.UU. cuando elijan entre cinco candidatos el 5 de noviembre.
Las opciones incluyen al demócrata Bob Casey, que lleva décadas en la política estatal y fue elegido por primera vez para la cámara en 2006, y al republicano Dave McCormick, un antiguo consejero delegado de fondos de cobertura que perdió la nominación del Partido Republicano en 2022.
El aborto, la energía y la economía — en particular los planteamientos de los candidatos sobre las relaciones con China — son algunos de los temas que han suscitado más atención en las campañas.
Casey también ha continuado una línea de ataque contra McCormick, que comenzó en la última candidatura de este último al Senado de EE.UU. — que el republicano hasta hace poco vivía en Connecticut, todavía alquila una mansión de 16 millones de dólares allí, y sólo compró casa en Pittsburgh en 2021.
Las encuestas muestran que la contienda está relativamente reñida. Hasta el 20 de septiembre, un promedio de las últimas 16 encuestas de votantes, tomadas en el transcurso de ese mes, muestra a Casey liderando sobre McCormick por 6,3 puntos porcentuales. Por el contrario, su triunfo en las elecciones de 2018 contra el ex representante Lou Barletta, un firme partidario del ex presidente Donald Trump, fue por 13 puntos.
Cada estado tiene dos senadores estadounidenses, y son elegidos cada seis años, un calendario que los aísla de los flujos de la política en comparación a los miembros de la Cámara de Representantes.
Como miembros de un órgano representativo, los senadores estadounidenses redactan, proponen e intentan aprobar o bloquear leyes.
Los senadores confirman o rechazan las designaciones del presidente para dirigir agencias y formar parte del Tribunal Supremo de Estados Unidos; aprueban los tratados que el poder ejecutivo negocia con otros países; y juzgan los casos de destitución si la Cámara de Representantes vota a favor de enviarlos.
El apellido Casey ha estado presente en la política de Pensilvania durante décadas, empezando por el ex gobernador demócrata Bob Casey Sr.
Antes de ser elegido gobernador, el mayor de los Casey trabajó en el Senado estatal y como auditor general. Era un líder popular: En 1990, ganó la reelección con un impresionante margen de 35 puntos porcentuales.
El menor de los Casey, ahora de 64 años, creció en Scranton, observando la carrera política de su padre. Su propia carrera se ha parecido a la de su padre.
Tras aprobar el examen de Pennsylvania y ejercer la abogacía durante varios años, se presentó como candidato a auditor general en 1996, ganó y ocupó el cargo durante dos mandatos.
Como auditor general, Casey publicó un informe en el que criticaba duramente al Departamento de Salud por su supervisión de las residencias de ancianos, denunció el despilfarro en organismos como PennDOT y examinó a los contratistas que seguían trabajando para el estado a pesar de deberle dinero.
Casey se presentó a gobernador en 2002, pero perdió las primarias frente al alcalde de Filadelfia, Ed Rendell, que ganó las elecciones generales.
Casey se presentó entonces como candidato a tesorero del estado, cargo que ganó. Sin embargo, poco después de asumir el cargo, los líderes demócratas del Senado de EE.UU. pidieron a Casey que se presentará al escaño de Pensilvania que ocupaba el republicano Rick Santorum. Aceptó y ganó.
Casey es conocido por su enfoque ecuánime de la política — en 2018, recordó que una vez un columnista lo había comparado con la avena — y por las posiciones mayoritariamente centristas que mantuvo durante la mayor parte de su carrera. Fue parte de su marca desde el principio; poco después de su elección al Senado de los Estados Unidos, Casey dijo al Pittsburgh Tribune-Review: "el escaño al que estoy entrando, el que ocupó John Heinz, su capacidad para trabajar de una manera muy bipartidista, es algo que siempre quiero hacer."
Casey recibe un salario anual de 174.000 dólares como senador federal de base. El otro ingreso externo significativo que declaró en su declaración financiera personal para 2023 fue algo más de 19.000 dólares en ingresos por pensiones del Sistema de Jubilación de los Empleados del Estado de Pensilvania, para el que cumplió los requisitos tras trabajar en el gobierno estatal.
Los activos de Casey y su esposa incluyen un plan de ahorro para educación, cuentas corrientes y de ahorro — la mayor, según la declaración, contiene entre 50.001 y 100.000 dólares —, una cuenta IRA, el fondo de jubilación de su esposa de la Universidad de Drexel y una pequeña colección de fondos de inversión, cuentas gestionadas y cuentas del mercado monetario. La mayor de ellas, un Vanguard Federal Money Market Fund, tiene un valor de entre 100.001 y 250.000 dólares.
Los Casey también tienen dos hipotecas, además de una participación en una compañía de responsabilidad limitada que, según el informe, tiene una cuenta bancaria en la que Casey y sus hermanos depositaron el dinero de un seguro para reconstruir una propiedad colectiva de vacaciones familiares dañada en un incendio.
Posiciones: Casey es un firme partidario de la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio, también conocida como la Ley del Cuidado de Salud Asequible (Affordable Care Act o ACA en inglés). El presidió el comité especial del Senado de EE.UU. sobre el envejecimiento (donde continuó su trabajo de la era del auditor general en la supervisión de residencias de ancianos), y se ha movido constantemente a la izquierda de gran parte de sus posiciones más conservadoras — en particular, el control de armas y el aborto.
Al igual que su padre, Casey se opuso al acceso al aborto cuando entró por primera vez en el Senado de EE UU. En los últimos años, sin embargo, se ha convertido en un defensor del acceso al aborto y, como ha escrito Associated Press, ha argumentado que su antigua identidad como "demócrata pro-vida" y sus anteriores votos a favor de las restricciones del aborto nunca significaron que apoyara las prohibiciones totales.
Casey ha prometido ser duro con China, afirmando que apoya el mantenimiento del empleo en Pensilvania y promoviendo su patrocinio principal de un proyecto de ley de seguridad nacional que exigiría el control de las inversiones de empresas estadounidenses en varios sectores tecnológicos clave en "países preocupantes", entre ellos China.
Ha caminado sobre la cuerda floja en los temas de energía y medio ambiente. Por ejemplo, criticó la pausa de la administración Biden en la aprobación de exportaciones de gas natural licuado a determinados países, pero también apoyó abiertamente los amplios proyectos de gasto de la administración en infraestructuras medioambientales y mantiene un 94% de aprobación de por vida de la Liga de Votantes por la Conservación (League of Conservation Voters).
En sus anuncios ha destacado sus esfuerzos por mantener la producción de acero en Estados Unidos y producir microchips en el país en lugar de en China. También se ha centrado en la protección del consumidor, señalando que es uno de los promotores de la propuesta de Ley de Prevención de la Excesiva Subida de Precios, y diciendo en un anuncio que quiere "reducir las enormes exenciones fiscales a las corporaciones, para que el dinero vaya a sus bolsillos".
Apoyos: Muchos de los principales apoyos de Casey proceden de sindicatos, como los poderosos gremios de la construcción de Filadelfia, los gremios regionales de la construcción de Pittsburgh, la sección regional de United Auto Workers, la sección de Pensilvania de la Federación Americana de Profesores y el mayor sindicato local de Teamsters del estado. También han apoyado la candidatura presidencial de la demócrata Kamala Harris, la BlueGreen Alliance (alianza de sindicatos y grupos ecologistas), la Human Rights Campaign, la National Security Leaders for America y la Guardian Civic League, que representa a los policías negros de Filadelfia.
Los mejores donantes: Casey es hijo de un gobernador y ha sido político durante toda su vida profesional, un bagaje que se nota en su capacidad para recaudar mucho dinero de una red de pequeños donantes.
Desde principios de 2023 hasta finales de junio, Casey ingresó más de 25 millones de dólares y gastó algo menos de 20 millones. La mayor parte, 18,5 millones, procedió de contribuciones individuales, que tienen un límite de 3.300 dólares. El resto incluye más de 4 millones de dólares de los comités de otros candidatos y una serie de pequeñas donaciones de los PAC, que tienen un límite de 5.000 dólares.
Algunas de las mayores contribuciones a las elecciones federales proceden a menudo de gastos independientes, es decir, PAC que gastan en nombre de los candidatos, pero no pueden coordinarse con ellos.
Al 20 de septiembre, los PAC que gastan en nombre de Casey han puesto casi 2 millones de dólares en la carrera este ciclo y los PAC que gastan para oponerse a McCormick han gastado otros 34 millones de dólares, según OpenSecrets, que agrega las donaciones.
Entre los principales partidarios se encuentran el PAC de la Liga de Votantes por la Conservación (League of Conservation Voters), el PAC de los sindicatos sindicales Workers Vote, el PAC del sindicato SEIU y CASA in Action, un PAC centrado principalmente en atraer a los votantes latinos e inmigrantes. WinSenate, el brazo de campaña de los demócratas del Senado de EE.UU., también gastó mucho dinero en la oposición a McCormick, al igual que el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales.
McCormick, de 59 años, creció principalmente a unas 60 millas de Bob Casey, cerca de Bloomsburg, la sede del condado de Columbia.
Su padre, James McCormick, fue presidente de la Universidad de Bloomsburg y llegó a ser el primer rector del Sistema de Educación Superior del Estado de Pensilvania. La familia también era propietaria de una granja cercana, la que ha ocupado un lugar central en las campañas de McCormick.
Tras asistir a West Point, a la Escuela Aerotransportada del Ejército de Estados Unidos y a la Escuela Ranger, McCormick se desplegó en Irak como paracaidista durante la Guerra del Golfo en 1991. Recibió la Estrella de Bronce y se retiró como capitán.
Tras dejar el ejército, se doctoró en Relaciones Internacionales en Princeton y trabajó en la consultora multinacional McKinsey and Co. Después se incorporó a FreeMarkets, una empresa de software de Pittsburgh, y ascendió a director general — su primera experiencia al frente de una empresa — y la vendió dos años después.
Dejó el mundo del software en 2005, cuando fue nombrado subsecretario de comercio de la administración Bush. Allí supervisó la Oficina de Industria y Seguridad. Se trasladó al Tesoro estadounidense en 2007, donde también fue subsecretario, un cargo que ocupó justo antes de la crisis financiera mundial. En 2008, el director general de un banco dijo a un periodista que McCormick permitía al Tesoro tener "relaciones en los lugares adecuados de las instituciones financieras".
Tras el inicio de la administración Obama, McCormick dejó el gobierno federal y se incorporó a Bridgewater, el mayor fondo de cobertura del mundo, como presidente, para luego ascender a co-director general y, en 2020, a director general único. Dejó la empresa en 2022, justo antes de anunciar su primera candidatura al Senado.
McCormick ha presentado tres declaraciones financieras personales este año — una inicial en enero, una enmienda en mayo y un tercer informe en agosto.
Su informe más reciente muestra que ganó más de 100.000 dólares de un libro de 2023 que escribió con un antiguo asociado de Bridgewater convertido en asesor de campaña. Pero esa cantidad palidece en comparación con la larga lista de activos que el informe enumera como propiedad de McCormick, su esposa y posiblemente sus hijos: fondos de inversión, valores gubernamentales, bonos corporativos, inversiones de capital privado, una cuenta de gestión de patrimonio, bienes raíces comerciales y más.
Entre ellas destacan las inversiones inmobiliarias de McCormick. Entre ellas, una participación de entre 1 y 5 millones de dólares en proyecto de desarrollo inmobiliario multifamiliar en Colorado; al menos cuatro propiedades de alquiler e inversión; y un rancho en Colorado valorado en unos 50 millones de dólares.
McCormick también informó de que su acuerdo de salida de Bridgewater tenía un valor de más de 50 millones de dólares en acciones de valores corporativos. Obtuvo más de 5 millones de dólares en ingresos durante el periodo del informe. También obtuvo ingresos por intereses y plusvalías de muchas de sus otras inversiones, que le reportaron decenas, cientos o, en varios casos, hasta un millón de dólares.
También tiene un fideicomiso dinástico, que es una herramienta financiera diseñada para pasar importantes cantidades de dinero a los descendientes de una persona evitando al mismo tiempo los impuestos de sucesión.
Posiciones: La relación de McCormick con China ha sido una de las líneas maestras de la campaña. Como consejero delegado de Bridgewater, supervisó inversiones en China y habló públicamente de "admiración" por China y de la promesa de implicación de Estados Unidos en el país.
Esto le ha valido críticas de ambos bandos políticos. Pero argumenta que su experiencia en fondos de cobertura le capacita para gestionar la compleja relación entre Estados Unidos y China.
En la página web de su campaña, McCormick afirma que se opone al aborto salvo en casos de violación, incesto o para proteger la vida del progenitor. También dice que no apoya una prohibición federal.
Otra cuestión que McCormick ha destacado es el fracking del gas de lutita, un proceso de extracción que se utiliza en Pensilvania desde hace dos décadas.
Afirma que tanto Harris como Casey quieren prohibir el fracking y ha dicho que el fracking es "genial para el medio ambiente." Harris sí apoyó la prohibición del fracking cuando se postuló a la presidencia en 2020, pero dice que ya no lo hace. Casey nunca lo ha hecho.
También ha culpado de la proliferación del fentanilo a las políticas fronterizas demócratas, aunque los expertos afirman que el opioide sintético entra en Estados Unidos principalmente a través de puertos de entrada legales. Y en sus anuncios ha vinculado la inflación al gasto demócrata, al tiempo que se auto proclamaba creador de empleo — aunque también ha sido criticado por los despidos que supervisó en sus cargos empresariales.
Apoyos: Los principales apoyos de McCormick proceden de grupos de las fuerzas del orden, sobre todo la Orden Fraternal de Policía de Pensilvania y la Asociación de Tropas del Estado de Pensilvania, que en el pasado han respaldado a demócratas, incluido Casey. También le ha apoyado un grupo de sheriffs. Otros apoyos proceden del candidato presidencial republicano Donald Trump — que en un principio se mostró reticente — y del ex candidato a gobernador, el senador estatal Doug Mastriano.
Principales donantes: McCormick es un prodigioso autofinanciador que ha recurrido en gran medida a grandes donantes — aunque su campaña también tiene una deuda de casi 18,7 millones de dólares. Un portavoz no respondió a la petición de comentarios sobre la deuda, que parece ser un remanente de su anterior campaña.
Su comité de campaña ingresó menos en total que el de Casey desde principios de 2023 hasta finales de junio. Algo menos de 10 millones de dólares procedieron de donantes individuales, 4 millones fueron del propio bolsillo de McCormick y alrededor de 3 millones procedieron de los comités de otros candidatos.
Sin embargo, los gastos independientes de McCormick han sido más activos.
Al 20 de septiembre, los PAC que gastan en su nombre han inyectado casi 18 millones de dólares en la carrera de este ciclo y los PAC que gastan para oponerse a Casey han gastado otros 45,5 millones de dólares, según OpenSecrets. Entre ellos se encuentran Keystone Renewal (un PAC que gasta exclusivamente para apoyar a McCormick), Americans for Prosperity Action y Senate Leadership Fund.
Hazou, de 56 años, reside en el condado de Pike, donde dirige una tienda de jabones y velas.
Según el sitio web de su campaña, ella y su marido se mudaron a Poconos en 2016 cuando ella dejó su anterior trabajo como gestora de proyectos para una empresa de inversiones en la ciudad de Nueva York.
En su página web, Hazou escribe que parte de la razón por la que se sintió obligada a presentarse como candidata al Senado de Estados Unidos por un tercer partido es porque es palestina y no puede "seguir de brazos cruzados viendo cómo su país apoya abiertamente la opresión en curso financiada por los contribuyentes estadounidenses".
Selker, de 67 años y natural del condado de Clarion, se describe a sí mismo en la página web de su campaña como antiguo copropietario de una pequeña empresa familiar, antiguo trabajador de la construcción y actual camionero de la industria del gas natural.
Escribe que se sintió inspirado a involucrarse en la política en 2020, y dice que el rechazo del Partido de la Constitución a los súper PAC y a los grandes donantes corporativos le atrajo. Hizo una exitosa campaña por escrito para la junta escolar de Clarion-Limestone en 2021; su mandato actual dura hasta 2027.
Su campaña se centra en los derechos de armas de fuego y en la protección contra las extralimitaciones del gobierno.
Thomas, de 46 años, vive en el condado de Armstrong y dedicó su carrera profesional a la educación. En la página web de su campaña dice que ha trabajado en escuelas públicas, privadas y subvencionadas (charter).
Thomas también se describe como un cristiano devoto y muy implicado en organizaciones locales de voluntariado como Hábitat para la Humanidad.
Reconoce en la página web de su campaña que es un candidato con pocas probabilidades, pero dice querer “ser una voz fuerte para el cambio que defienda a los ciudadanos de Pensilvania cansados de que el dinero que tanto les cuesta ganar vaya a parar a guerras extranjeras en todo el mundo y que se devalúe constantemente por la inflación provocada por la impresión de la Reserva Federal".
En 2023, Thomas se postuló sin éxito para la junta del distrito escolar de Armstrong con una plataforma que ofrecía alternativas a las escuelas públicas y combatía "la llamada agenda 'woke' que se ha infiltrado en nuestras escuelas locales."
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